«5 conceptos psicológicos que influyen en tu vida diaria (y quizás no lo sabías)»

Published by

on

#psicología#Santiago de Compostela#psicólogos#

En el mundo de la psicología moderna, las teorías evolucionan constantemente. Sin embargo, algunas ideas fundamentales siguen siendo relevantes en nuestra vida cotidiana, aunque a veces no nos demos cuenta. Muchas de estas ideas tienen sus raíces en el psicoanálisis, pero han sido refinadas y respaldadas por investigaciones más recientes. Veamos cinco conceptos psicológicos que pueden estar influyendo en tu vida diaria:

  1. El poder del inconsciente

Aunque la idea del inconsciente se remonta a Freud, los psicólogos modernos han descubierto que gran parte de nuestro procesamiento mental ocurre fuera de nuestra conciencia. Estudios recientes en psicología cognitiva han demostrado cómo nuestras decisiones diarias pueden estar influenciadas por factores que no percibimos conscientemente.

La psicología moderna ha descubierto que gran parte de nuestro procesamiento mental ocurre de forma automática, fuera de nuestra conciencia. Este concepto, conocido como «procesamiento automático» o «cognición implícita», ha sido ampliamente estudiado y validado en la psicología cognitiva.

  1. La importancia de las experiencias tempranas

Los psicólogos del desarrollo han confirmado que nuestras experiencias infantiles juegan un papel crucial en la formación de nuestra personalidad adulta. Aunque no de manera determinista como Freud sugirió, estas experiencias sí establecen patrones que pueden influir en nuestro comportamiento futuro. Para los padres, esto subraya la importancia de proporcionar un ambiente de crianza positivo y seguro.

3. Mecanismos de defensa en la vida cotidiana

    Los mecanismos de defensa, un concepto central en la teoría psicoanalítica, han sido reconocidos y validados por la psicología moderna, aunque a menudo de forma simplificada. Aparecen en manuales diagnósticos como el DSM, pero sin la profundidad y matices que ofrece el enfoque psicoanalítico.

    Nancy McWilliams, una destacada psicoanalista contemporánea, enfatiza que todos usamos mecanismos de defensa en nuestra vida diaria. Estos no son inherentemente patológicos, sino que forman parte de nuestro funcionamiento psicológico normal. McWilliams los describe como «patrones habituales de lidiar con la realidad y relacionarnos con nosotros mismos y con los demás».

    Algunos ejemplos comunes incluyen:

    1. La racionalización: justificar nuestras acciones o sentimientos con explicaciones aparentemente lógicas.
    2. La proyección: atribuir a otros nuestros propios pensamientos o sentimientos inaceptables.
    3. La negación: rechazar aspectos de la realidad que son demasiado difíciles de aceptar.
    4. La sublimación: canalizar impulsos o deseos inaceptables hacia actividades socialmente valoradas.

    McWilliams subraya que la madurez psicológica no implica la ausencia de defensas, sino el uso de defensas más flexibles y adaptativas. Por ejemplo, el humor puede ser una defensa madura que nos permite lidiar con situaciones estresantes de manera saludable.

    Reconocer nuestros propios mecanismos de defensa puede ser un paso importante hacia el autoconocimiento. Por ejemplo, si notas que tiendes a racionalizar tus errores en lugar de admitirlos, podrías trabajar en desarrollar una mayor capacidad de autorreflexión y responsabilidad.

    Es importante destacar que, a diferencia de los enfoques más superficiales, el psicoanálisis no busca simplemente eliminar las defensas, sino entenderlas en el contexto de la historia personal del individuo y ayudar a desarrollar formas más adaptativas de manejar el estrés y la ansiedad.

    En nuestra vida diaria, ser conscientes de nuestros mecanismos de defensa puede ayudarnos a entender mejor nuestras reacciones emocionales y comportamientos, especialmente en situaciones de estrés. Esto puede llevarnos a relaciones más saludables y a un mayor bienestar emocional.

    Esta perspectiva más profunda sobre los mecanismos de defensa nos muestra cómo los conceptos psicoanalíticos siguen siendo relevantes y valiosos en la comprensión de nuestro funcionamiento psicológico cotidiano, más allá de las categorizaciones simplificadas que a menudo se encuentran en los manuales diagnósticos.

    4. Esquemas mentales: Nuestros mapas internos del mundo

      Un concepto psicoanalítico relevante y que ha sido cooptado por otras ramas de la psicología es el de «representación mental» o «esquema mental», originalmente derivado de la idea psicoanalítica de «representación de objeto». Vamos a desarrollar este concepto:

      El concepto de «esquema mental», ampliamente utilizado en la psicología cognitiva moderna, tiene sus raíces en la idea psicoanalítica de «representación de objeto». Originalmente, Freud y otros psicoanalistas hablaban de cómo internalizamos nuestras experiencias con personas significativas, creando representaciones mentales que influyen en nuestras percepciones y relaciones futuras.

      Este concepto ha sido adoptado y refinado por la psicología cognitiva, donde los «esquemas» se entienden como estructuras mentales que organizan nuestro conocimiento y expectativas sobre el mundo. Estos esquemas influyen en cómo percibimos, interpretamos y recordamos la información.

      Por ejemplo, nuestro «esquema» de lo que es un restaurante incluye expectativas sobre menús, camareros, pagar la cuenta, etc. Este esquema nos ayuda a navegar fácilmente en situaciones familiares, pero también puede llevarnos a malinterpretar o pasar por alto información que no se ajusta a nuestras expectativas.

      En el ámbito de las relaciones interpersonales, nuestros esquemas (o representaciones de objeto, en términos psicoanalíticos) pueden influir significativamente en cómo interpretamos las acciones de los demás y cómo respondemos a ellas. Por ejemplo, si tenemos un esquema negativo de las figuras de autoridad basado en experiencias tempranas, podríamos tener dificultades en nuestras relaciones laborales con superiores.

      La terapia de esquemas, desarrollada por Jeffrey Young, integra elementos de la teoría cognitiva y el psicoanálisis, centrándose en identificar y modificar patrones disfuncionales arraigados (esquemas) que se desarrollan en la infancia y se repiten a lo largo de la vida.

      En nuestra vida diaria, ser conscientes de nuestros esquemas puede ayudarnos a:

      1. Reconocer patrones en nuestras relaciones y comportamientos.
      2. Cuestionar nuestras interpretaciones automáticas de situaciones.
      3. Estar más abiertos a nueva información que pueda desafiar nuestros esquemas existentes.

      Por ejemplo, si te das cuenta de que tienes un esquema de «abandono» que te hace interpretar cualquier distanciamiento en una relación como una señal de rechazo, puedes trabajar en cuestionar esa interpretación automática y considerar otras posibilidades.

      1. El impacto de las relaciones tempranas

      La teoría del apego, desarrollada por John Bowlby y Mary Ainsworth, ha expandido la idea freudiana de la importancia de las relaciones tempranas. Esta teoría sugiere que nuestros patrones de relación en la infancia pueden influir en nuestras relaciones adultas.

      Entender nuestro estilo de apego puede ayudarnos a mejorar nuestras relaciones. Por ejemplo, si tienes un estilo de apego ansioso, podrías trabajar en desarrollar más confianza en tus relaciones. Si tu estilo es evitativo, podrías enfocarte en abrir más tus emociones con los demás.

      En conclusión, aunque muchas de las ideas originales de Freud han sido cuestionadas o refinadas, el campo de la psicología que ayudó a establecer sigue proporcionando insights valiosos sobre el comportamiento humano. Al ser conscientes de estos conceptos psicológicos, podemos entender mejor nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, lo que nos permite llevar una vida más consciente y satisfactoria.

      Recuerda, la psicología es un campo en constante evolución. Si estos conceptos han despertado tu curiosidad, te invito a seguir explorando la fascinante ciencia de la mente humana.

      Deja un comentario