Al comenzar tu encuentro con un terapeuta, es probable que tengas muchas preguntas, como cuánto durará el tratamiento y cuánto tiempo te llevará sentirte mejor. Con estas preguntas te ofrezco información sobre los patrones de cambio típicos para los pacientes. Los datos que se comparten se basan en investigaciones empíricas y se refieren a promedios de pacientes de diversos perfiles. Es importante recordar que tu proceso de cambio puede variar en cierta medida de lo que se describe aquí. Te animamos a conversar con tu terapeuta sobre tus expectativas y cualquier diferencia que notes en tu proceso de cambio a medida que avance la terapia.
¿Cuánto debería durar la terapia?
Es imposible decirlo de antemano pese que a los diferentes estudios empíricos ofrecen diversas indicaciones. Todas ellas han de llevarse a la práctica individual, aterrizarse en la complejidad de un sujeto con su particularidad, sus demandas y sus expectativas, que deben de ser planteadas en un ambiente propicio en la consulta. Muchas veces los tratamientos estandarizados son aplicados de una forma tan rígida que desaparecen la persona y el componente humano de encuentro y relación terapéutica (la alianza terapéutica y la relación terapéutica son los factores más relevantes de las terapias independientemente de las escuelas de terapia).
Por ello, la duración exacta de la terapia dependerá de varios factores, como el tipo de problemas que estás experimentando, cuánto tiempo has estado lidiando con esos problemas o qué enfoque de tratamiento estás utilizando junto con tu terapeuta. En cualquier caso, es fundamental recordar que la terapia no proporciona soluciones inmediatas; el cambio requiere tiempo. Algunos pacientes pueden mejorar en un período más corto, mientras que otros pueden requerir más tiempo. Y no será lo mismo ponerse a funcionar o estar emocionalmente mejor para volver a enfrentarse al día a día con menos síntomas que enfocar la vida de una manera más plena, más significativa, en pleno desarrollo de las capacidades de uno mismo. En cualquier caso es siempre necesario disponer de la confianza necesaria con el terapeuta para ir hablando de los procesos de terapia, de los objetivos y la manera de conseguirlos, así como de cualquier duda en este sentido.
¿Cuándo empezaré a notar mejorías?
Aunque puede llevar un tiempo experimentar una recuperación completa de los problemas que te llevaron a buscar tratamiento, es probable que observes algunas mejoras tempranas. Muchos pacientes notarán avances en su bienestar general después de solo unas pocas sesiones. Estas mejoras iniciales pueden incluir un aumento en la esperanza y el optimismo, así como el alivio de compartir tus problemas con alguien que te comprende y te guía hacia soluciones. Sin embargo, es importante recordar que estas mejoras iniciales no siempre significan un cambio duradero. Por lo general, se requieren sesiones continuas y esfuerzo para notar una reducción más perdurable de tus síntomas y para que las cosas vuelvan a la normalidad en tu vida, ya sea en el trabajo, la escuela o con tu familia y amigos.
¿Y si siento que estoy empeorando?
El proceso de cambio no siempre es sencillo. Durante la terapia, es posible que te enfrentes a tus miedos y dolores más profundos. Aunque con el tiempo deberías notar avances generales, pueden surgir momentos difíciles. No te preocupes si experimentas altibajos o retrocesos; esto no significa necesariamente que la terapia no está funcionando. De hecho, podría ser un signo de que estás abordando cuestiones realmente desafiantes; e incluso tal y como muestran los estudios científicos sobre las terapias no solo es un proceso normal sino en gran parte de las situaciones será un predictor de buen pronóstico. Un pequeño descenso antecede a una mejora general. Sin embargo, no debes quedarte atrapado en estos momentos difíciles. Cuando enfrentes obstáculos, es fundamenta hablar con el terapeuta. Juntos será necesario explorar lo que está pasando, su relevancia, ver las diferentes posibilidades de lo que puede estar pasando e idear planes para superarlos de la manera más eficaz posible. Recuerda, pese a lo frustrante que pueden parecer, es parte del camino hacia un bienestar duradero.
Alentar la esperanza.
Aunque la terapia puede tener sus desafíos, es esencial recordar que el viaje terapéutico también está lleno de posibilidades de crecimiento, recuperación y bienestar. Tal como decía Deleuze y poéticamente dice una amiga, dadme posibles que si no me ahogo. A medida que trabajas en tus preocupaciones y te enfrentas a tus miedos, es probable que descubras una fortaleza que no sabías que tenías, y «esos posibles», esas posibilidades, se irán engranando de manera natural en la experiencia cotidiana.
La terapia puede ser un camino transformador que te permitirá aprender nuevas habilidades y redescubrir tu capacidad para la felicidad y el equilibrio. A lo largo de este proceso, encontrarás apoyo y orientación para superar obstáculos y avanzar hacia un futuro más abierto.
Recuerda que es normal experimentar altibajos, pero estos momentos difíciles son oportunidades para aprender y crecer. Siempre tienes a tu terapeuta a tu lado para ayudarte a superarlos.

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